Nuestros productos están aquí para ayudarte a eliminar el plástico de tu rutina de aseo y cuidado personal y puedas, así, lucir increíble mientras cuidas el medio ambiente.
Hemos preparado esta guía para ayudarte a hacer el cambio a la cosmética sólida de una vez por todas:
1. Cambia un producto a la vez
Ve cambiando un producto a la vez. Cuanto se te este acabando un determinado producto en versión líquida, investiga un poco y reemplázalo por una opción sólida.
Existe un equivalente sólido para casi todas las necesidades diarias, desde jabones para el rostro y el cuerpo, cuidado del cabello, cremas, crema dental y desodorante, etc.
2. Comienza en la ducha
Para la mayoría de las personas resulta más fácil hacer la transición primero a productos para el aseo personal. Esto se debe a que el jabón, el shampoo y el acondicionador son fáciles de usar en su forma sólida.
3. Aprende a almacenar tus productos
Es una buena idea estar preparado con una solución de almacenamiento para que tus productos se mantengan secos entre usos, en optimas condiciones y que duren el mayor tiempo posible.
Aprende cómo almacenar tus barras aquí. Si tu ducha no tiene buena ventilación, es mejor guardar los productos fuera de ella, cuando no los estés usando, para asegurarte de que les dé aire fresco.
4. Aplica poca cantidad de producto
Los productos de belleza en formato sólido son diferentes a su contraparte líquida. Están bastante concentrados ya que la gran mayoría no contienen agua, lo cual significa que necesitas usar mucho menos de lo que normalmente usarías.
Te recomendamos usar solo un poco de cada producto. Podrás hacer espuma con solo un poquito de shampoo. Tu acondicionador no se sentirá tan pesado en tu cabello como uno líquido, pero dejará tu cabello suave e hidratado.
Antes de comenzar, consulta nuestros consejos sobre cómo usar tus productos aquí.
5. Atrévete a ir más allá de tu baño
Una vez comiences a dejar atrás los productos convencionales, sin duda empezaras a notar otras oportunidades para traer productos sólidos a tu vida. Desde el baño hasta tus productos de belleza, pasando por la lavandería y la cocina. Hay muchas maneras de reducir el uso de plástico.